La lectura y la vida cotidiana de la escuela
Cada día, en cada una de las escuelas de nuestro país, ocurren situaciones de lectura. Maestros, bibliotecarios y profesores proponen la lectura de textos, con distintos propósitos. Los chicos y las chicas leen en busca de nueva información, leen para disfrutar de ficciones variadas, leen para sí mismos y para otros.
Las situaciones son diversas, las circunstancias en que se producen, heterogéneas; pero sin duda es la escuela ese espacio de alcance universal donde millones de chicos, jóvenes y adultos encuentran la gran ocasión de participar en la experiencia de leer. Una escuela como la de hoy, acaso carente de textos o por el contrario saturada de “otros” textos que se presentan en los más variados formatos y de la mano de las mas variadas etnologías, continua siendo sin embargo, el domicilio especifico, para ejercer el derecho de todos a ingresar en el universo de la cultura escrita.
Sabemos que las condiciones sociales y culturales en que es posible que se de ese ingreso varían, que las disponibilidades materiales no son las mismas en todos los casos, que los puntos de partida acaso sean desiguales; no obstante, la lectura es parte de las preocupaciones cotidianas de todos los que transitan las escuelas y en este sentido, maestros, profesores y bibliotecarios esgrimen cada día nuevas estrategias para hacer de la lectura una actividad posible. Preocuparse pro la lectura es estar atento a que esta práctica cultural tenga un lugar entre las tareas escolares, es propiciar encuentros interesantes entre los chicos y los libros, es innovar en términos didácticos en busca de nuevas maneas de poner la lectura a disposición de todos y también procurarse libros, o sea, mantener repertorios actualizados y ricos en opciones.
La lectura es tanto un placer como un desafío linguistico, cognitivo y estético. Y un hecho privado, a la vez que una experiencia a compartir. El lugar de la escuela en este mundo de posibilidades.